Hay una narrativa silenciosa en muchos entornos profesionales:
💬 “Tienes que dar siempre lo mejor.”
💬 “Estar presente al 100%.”
💬 “Rendir, proponer, anticiparte, adaptarte, brillar.”
Y sí, claro que queremos hacerlo bien.
Nos gusta el trabajo bien hecho. Queremos aportar, crecer, ser valorados.
Pero a veces —por cansancio, por presión, por vida— no estamos en nuestro mejor momento.
Y en lugar de aceptarlo como parte natural del ciclo, nos lo cobramos caro. Internamente. En silencio.
🕯️ Porque estar a medias no se celebra.
No se felicita a quien hoy solo cumplió.
No se aplaude a quien llegó sin chispa, sin idea brillante, sin energía extra.
Pero estar no siempre significa brillar.
A veces significa simplemente sostener. Aguantar. Cuidar lo que ya está funcionando.
Y eso también es valioso.
📌 Porque…
- No todas las reuniones necesitan una idea disruptiva.
- No todos los lunes son de performance máximo.
- No todos los meses serán como ese mes en que te salían las cosas sin esfuerzo.
Y sin embargo, seguimos midiendo nuestro valor como si cada día fuera examen final.
💡 Lo que he aprendido (a la fuerza)
- Que hay días de mostrar y otros de sostener.
- Que el compromiso real no es brillar siempre, sino estar incluso cuando no puedes brillar.
- Que los buenos equipos no solo celebran logros, también sostienen cuando alguien baja un poco.
- Que el respeto profesional incluye entender el ritmo humano.
🧭 ¿Qué necesitamos para cambiar esta narrativa?
- Poder decir “hoy no estoy al 100%” sin miedo a perder valor.
- Reconocer que el rendimiento se construye con pausas, no con exigencia constante.
- Validar el esfuerzo invisible: el que no luce, pero mantiene todo en pie.
- Entender que pedir espacio o bajar el ritmo no es descomprometerse.
Es cuidarse para poder seguir comprometido.
✍️ En resumen
No estar al 100% no significa estar fuera.
Significa ser humano. Tener cuerpo, mente y límites.
Y recordarlo nos hace mejores profesionales. No peores.
En una cultura donde todo se mide, todo se impulsa y todo se exige,
quizá una de las mejores formas de cuidar nuestro rendimiento a largo plazo…
es empezar a aceptar que estar a medias también es estar.

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