Duplos, triplos y el arte de empaquetar continuidad sin devaluar el producto.
Cuando trabajas con productos de tratamiento —ya sea en dermocosmética o en complementos alimenticios— tarde o temprano aparece la idea mágica:
“¿Y si hacemos un duplo o un pack de tres para empujar rotación?”
La lógica es clara:
✅ Mejor precio por unidad
✅ Mayor ticket medio
✅ Menor coste logístico
✅ Y más visibilidad en e-commerce o lineal
Pero si no se hace bien…
⚠️ puedes devaluar el producto
⚠️ saturar el lineal
⚠️ o confundir al consumidor
🎯 Nuestro caso
Teníamos un producto de tratamiento para la menopausia, pensado para uso diario y resultados sostenidos tras 12 semanas.
La fidelización era buena, pero la recompra llegaba tarde.
Así que lanzamos un duplo, con un mensaje claro:
💬 “Tratamiento completo: 3 meses de cuidado continuo”
Pero no fue tan simple como duplicar el stock y esperar a que todo se vendiera solo.
🧠 Lo que aprendimos por el camino
1. El pack tiene que responder a una lógica de uso, no solo de precio
No basta con juntar dos unidades.
Tienes que explicarlo como parte del tratamiento:
📅 “Tres meses de tratamiento para obtener resultados”
🧖♀️ “Uso diario sin interrupciones”
💬 “El cambio se nota cuando hay continuidad”
Si no se vincula a beneficio o resultado, parece solo un “ofertón”.
2. Hay que controlar el efecto rebote en la unidad suelta
Si el precio del duplo baja demasiado el €/unidad, el producto individual sufre.
Por eso:
- Mismo PVP visual, pero con promoción puntual en el pack
- Tratar el pack como edición limitada o canal exclusivo (por ejemplo: solo online, o solo farmacia top)
- No convivir todos a la vez en todos los canales
3. No todos los productos aguantan un triplo
Un triplo solo tiene sentido si:
- La frecuencia de uso lo justifica
- El consumidor ya confía en la marca (no para captar, sino para retener)
- El canal lo permite (en espacio y rotación)
En nuestro caso, lanzamos el triplo solo tras 6 meses con el duplo, y dirigido a usuarias recurrentes.
🎯 Resultado: subió el LTV (valor de vida del cliente) y la recurrencia, sin afectar negativamente al resto.
4. La imagen de pack importa tanto como el producto
- No puede parecer un “2×1 de supermercado”.
- Tiene que conservar la identidad premium.
- Invertimos en un sleeve visual específico para el duplo, con un mensaje claro:
“2 meses para reencontrarte contigo.
Rutina diaria, apoyo real en la menopausia.” - No hablábamos de síntomas.
Hablábamos de sostén. De ciclo. De acompañamiento.
Porque entendimos que el pack no debía gritar “promo”, sino susurrar:
👉 “Esto es para ti. Para ahora. Para cuidarte sin pausa.”
📈 ¿Qué conseguimos?
- +38% de incremento en ticket medio online
- -22% en costes logísticos por pedido
- 14 semanas promedio de intervalo de recompra
- Y algo menos tangible pero igual de importante: el consumidor entendió que el producto no era para probar… sino para incorporar.
✍️ Conclusión
Un buen pack no es solo un incentivo. Es una herramienta de educación.
Porque cuando vendes tratamiento, no vendes producto.
Vendes constancia.
Y si el pack está bien planteado, eso se refleja no solo en ventas… sino en resultados reales.

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