✨ No es una campaña. No es un KPI. Es algo mucho más simple.

Mi sobrina Lucía tiene 10 años.
Y cada vez que pasamos por una farmacia, me suelta:

—“¡Mira tía Carmen! Tus productos.”

Lo dice como si descubriera un tesoro.
Como si llevara semanas buscándolo.
Como si supiera perfectamente lo que hay detrás.

Y lo sabe. Porque me ha escuchado hablar de mi trabajo mil veces.
No en reuniones. No en presentaciones.
En casa. En el coche. En una sobremesa cualquiera.

Le he contado cómo funcionan las campañas.
Cómo se posiciona un producto.
Cómo se negocia con una farmacia.
Todo sin darme cuenta.


¿Y sabes por qué lo recuerda?

Porque cuando cuentas algo con pasión, se queda.
Porque cuando hablas con ilusión, no hace falta powerpoint.
Porque lo que sientes se contagia, incluso sin pretenderlo.


No se trata de tener el trabajo perfecto.
Ni el título más sonoro.
Ni la oficina más bonita.

Se trata de poder hablar de lo que haces sin impostar.
Con naturalidad. Con orgullo. Con ese brillo en los ojos que no se compra.

Lucía no sabe lo que es un KPI.
Pero sabe cuándo algo te importa de verdad.


📌 Si alguien que te quiere, como un niño, entiende lo que haces…
es que lo estás haciendo bien.


Comentarios

Deja un comentario